Como diría el famoso periodista de crímenes Carles Porta, "parece una película pero es real". El crimen de los tres hermanos en el pueblo madrileño de Morata de Tajuña ha conmocionado a todo el país. Estafas del amor, falsos novios, deudas millonarias y un principal sospechoso centran la investigación de los asesinatos descubiertos este jueves.
En este caso, nada es baladí. Francisca Ángeles y Amelia, aparentemente unas hermanas normales de Madrid, se volvieron locas de amor por dos hombres que ni siquiera existían e invirtieron todo su dinero en ellos sin saber (o sin querer reconocerlo, como han apuntado alguno de sus vecinos) que quien se escondía al otro lado de la pantalla de las redes sociales no era el hombre con el que ellas soñaban.
Los pretendientes, que podrían formar parte de los famosos timos nigerianos del amor, se hacían llamar Mario Guerra y Wesley Clark, dos hombres que existen realmente y a los que robaron la identidad digital. Incluidas fotografías.
En el caso de Clark, el supuesto novio de Amelia, los timadores utilizaron la foto de un exmilitar estadounidense que encontraron en Google y que fue comandante en jefe de la OTAN.
No tuvieron que hacer una gran investigación. Buscando su nombre sale una página de Wikipedia donde se explica toda la vida de este señor. "Fue comandante supremo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte durante la Guerra de Kosovo, donde dirigió el bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia", explica su perfil. También entrevistas actuales donde habla sobre conflictos bélicos, como la guerra en Oriente Medio.
El otro estafador, el novio de Francisca Ángeles, lucía una fotografía de Mario Guerra, un político estadounidense de origen cubano y exalcalde de Downey, una ciudad de Los Ángeles. Guerra incluso tiene publicada una autobiografía. Actualmente es asistente civil del Secretario del Ejército, como reza en su perfil de Linkedin.
Ambos convencieron a las hermanas Gutiérrez de que eran dos supuestos militares estadounidenses destinados en Afganistán. En el caso de Guerra, llegaron a decirle a Francisca Ángeles que había muerto y que recibiría una cantidad de 7 millones de euros como herencia, según ha adelantado el diario ABC.
Poco se sabe de la investigación. Los vecinos han contado que se aislaron de todo el mundo y que tenían muchos problemas de dinero. Pedían préstamos constantemente y al parecer, debían 60.000 euros a un ciudadano pakistaní, al que ahora investigan como principal sospechoso tras atacar a una de ellas con un martillo. Un crimen atroz del que aún quedan muchas cosas por resolver.
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